Hace más de un año del inicio de la pandemia. Dejamos atrás ese 14 de marzo de 2020, en el que todo un país o mejor dicho todo un planeta entero, se encierra durante un tiempo en casa. Todo ello provocado por un virus llamado SARS-Cov2.
Paralizamos todos nuestros trabajos, nuestras citas con el peluquero, nuestras citas con los amigos. Se frena el mundo.
Pero no a todos nos afecta. Solo a una pequeña parte de la población siguen yendo a sus trabajos para luchar por la vida de otras personas. Así fue, entre esa pequeña población se encuentran el personal sanitario, médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, celadores. Se catalogó por el gobierno central como personal esencial. Salíamos a aplaudir a las 20:00 horas por su gran esfuerzo, pero las enfermeras trabajaban en desigualdad.
Esas desigualdades son las que sufren día tras día las enfermeras y enfermeros en nuestro país. Según este artículo del periódico Redacción Médica (https://www.redaccionmedica.com/secciones/enfermeria/-las-enfermeras-tienen-una-doble-desigualdad-social-y-de-genero--2529), más del 84% de las enfermeras son mujeres.
Esta profesión se encarga mayoritariamente del cuidado del paciente, actividades que desde hace muchos años se le asignó al género femenino.
Esta etiqueta que se les asigna a estos profesionales impacta negativamente en la salud de las enfermeras, realizándole un sobresfuerzo laboral, reduciéndole las oportunidades de promoción a altos cargos directivos, produciéndole así desigualdades de género con respecto a enfermeros del género masculino, ya que estos no tienen esos mismos problemas.
¿Qué se debe realizar?
Lo que se debe cambiar es esa perspectiva que desde muy pequeños la sociedad les inculca a las niñas y niños de que el género femenino es el encargado de los cuidados y tareas del hogar o que el género masculino se encarga de realizar trabajos más pesados. Si conseguimos cambiar esa educación que se realiza a los más pequeños podremos conseguir que no existan desigualdades entre hombres y mujeres.
Como observamos en unos de los videos del módulo 1, no existen juguetes de niños o juguetes de niñas, como tampoco existen trabajos de hombres o trabajos de mujeres, entonces ¿por qué una enfermera tiene que ser mujer y por qué un médico tiene que ser hombre?
Entonces, ¿se intentará solucionar estas desigualdades ahora? o ¿seguiremos saliendo en la próxima pandemia a las 20:00 horas a aplaudir?
Dedicado a Fuensanta, una profesional sanitaria con ganas de comerse el mundo.
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